Tipos de crianza
La definición de crianza incluye otros verbos como instruir, educar y dirigir. Se trata de elegir a alguien en este caso los hijos para que formen en sí mismos una elevada dignidad.
El Dr. Alberto Chattas, Médico pediatra, explica que “La crianza es un proceso de desarrollo humano y de socialización que se origina en la familia y comprende una serie de actividades complejas que tienen influencia en el desarrollo del niño y en su forma de relacionarse con el mundo”. La educación tiene dos ejes: la respuesta de los padres a las demandas de los hijos y el eje de las demandas parentales. Este último define los cuatro tipos de crianza que utilizan los padres, el Dr. Chattas las explica:
Indulgente: tienden a dar respuestas más que a demandar, no son estrictos, evitan la confrontación y son sumisos a los deseos del niño.
Autoritario: son demandantes y directivos, no dan respuesta a los pedidos del niño, tienden a fijar reglas definidas y no cuestionables.
Democrático: poseen altos niveles de respuesta y de demanda a sus hijos, imparten reglas claras para la conducta, impulsan y respaldan mas que castigan, buscan que los hijos tengan confianza y sean solidarios y aceptan la individualidad de cada uno.
Negligentes: Con baja capacidad de dar respuesta y de demandar, bajo nivel de compromiso con la crianza, suelen no tienen disponibilidad emocional para sus hijos.
Mitos de la crianza
El mito es una historia ficticia que condensa alguna realidad humana de significación universal y los principios son las bases constitucionales de la realidad humana.
La psiquiatra infantil estadounidense Elizabeth Berger (Hacer Familia) explica las falsas creencias que rodean la educación de los niños.
- No debes tomar a tu hijo en brazos cada vez que llore: Muchos creen que al hacerlo, el niño se acostumbrará a usar el llanto como técnica para obtener lo que quiere. Lo cierto es que al menos hasta los seis meses, su única misión es esa: llorar para demostrar que necesita algo. Pero hay que tener claro que es la falta de respuesta de parte de los adultos lo que enseña a los niños a manipular y no al revés.
- Si no los castigas, tus hijos harán lo que quieran contigo: Los expertos han estudiado que en las familias en que los padres en vez de castigar a sus hijos cuando hacen algo incorrecto, les explican las razones de por qué no deben hacerlo logran mantener la situación bajo control y lo incitan a desarrollar la autodisciplina.
- Se debe forzar a los niños a crecer: Algunos padres se obsesionan en que sus hijos actúen como grandes. Se llenan de libros sobre el tema y dedican su tiempo con ellos a corregirlos. Afortunadamente, no es necesario hacer del diario vivir una lección o una oportunidad de aprendizaje.
- Las relaciones de amor comunes y corrientes son la mejor forma de enseñar y el mejor escenario para que los niños crezcan.
- Los “dos años” son terribles: Esta edad (que en realidad va desde los 18 a los 30 meses) es maravillosa, aunque también tiene su lado agotador. Lo que ocurre es que a los dos años los niños descubren nuevas maneras de explorar el mundo y comunicarse. Aquí la clave es la supervisión, teniendo en cuenta que es más productivo controlar las “situaciones” que al niño y cada una de sus acciones y movimientos.
- Los padres no debieran pelear delante de los hijos: Es prácticamente imposible marginar a los niños de todos los conflictos que afectan a sus padres. Por lo mismo, si éstos quieren que sus hijos se conviertan en personas respetuosas y disciplinadas, deben serlo ellos mismos. Lo ideal será que discutan en privado, pero cuando esto no sea posible, se deben esforzar por evitar las palabras hirientes y las reacciones impulsivas entre ellos.
- Puedes confiar en el instinto maternal: En general, el instinto maternal a seguir es aquel que dice a las madres que gocen a sus hijos, les demuestren libremente su amor y les ofrezcan cariño y protección cuando sea posible.
- “Sobornar” a los niños está mal: Darle al niño una galleta o distraerlo con un juguete no es “soborno”, sino sólo una manera de ayudarlo a recuperar su equilibrio. Mucha gente piensa lo contrario, pero lo cierto es que lo que le importa al niño no es el regalo en sí, sino el tiempo que le están dando sus padres. Sólo podemos malcriar a un niño cuando usamos un regalo concreto para sustituir la atención o el cariño.
La especialista en educación Josefina Lecaros de Hacer Familia consigna:
Si quieres cosechar, siembra a tiempo.
Educa en vista al ser humano que quieres formar.
El ejemplo y la unidad de criterio son claves.
Educa a los hijos individualmente, no en grupo.
La conciencia moral es lo que los hace libres.
Los padres somos los primeros educadores.
Educa para el mundo real.
El amor es inteligente cuando conoce y pone límites.
Confía siempre en ellos y en su capacidad de reacción.
Pon metas altas a tus hijos.
“Hay que saber que el 80% de las ideas pueden asentarse antes de los diez años; que es preferible un año antes, que un día después, pues eso ya es tarde; y que antes de los diez años es más fácil hablar con los hijos y ser escuchados, porque después de los doce, el tema se pone más difícil”. Fernando Corominas, Pte. del Instituto Europeo de Estudios de la Educación.
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